Llega septiembre y en esta zona del mundo comenzamos a despedirnos del verano. Supuesto tiempo de descanso y, sin embargo, esta vez fue de movimiento continuo: hemos logrado el mejor accionar colectivo y la plaza con sus árboles y ramas nos hicieron lugar para nuestras voces de indignados.
En Londres, momentos de exaltación, excluidos que no pueden, todavía, unir su reclamo (es que justamente la exclusión impide la reunión).
En otros continentes también se hicieron escuchar las voces: Egipto, Túnez, y las dificultades continuas.
En Chile, donde el frío se va yendo, vuelven a reconocerse -jóvenes- los que se dan cuenta que la educación no tendría que ser un negocio y piden educación pública/gratuita.
Los pueblos originarios que no descansan y luchan, pacíficamente, para recuperar sus tierras (no en el sentido de propiedad privada con alambrada, sino para que de frutos para todos/as).
En estos días, como siempre y más que nunca, es importante reflexionar, discernir, releer y compartir para intentar sociedades más equitativas y justas.
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