Akántaros es una entidad multicultural y multidisciplinar dedicada a la cultura, la educación por y para la infancia. Realizamos propuestas globales de naturaleza artística y educativa a través de una metodología basada en el laboratorio, como espacio de experimentación, creación, planificación.


viernes

FELIZ 2011

Medio pan y un libro
Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo.


Locución de Federico García Lorca al Pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada).
Septiembre 1931.

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.


Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?


¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.”



¡FELIZ AÑO
2011!

jueves

Otoño 2010


Yo Vengo A Ofrecer Mi Corazón

Composición: Fito Páez
¿Quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón,
tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

No será tan fácil, ya sé qué pasa,
no será tan simple como pensaba,
como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada del amor.

Luna de los pobres siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón,
como un documento inalterable
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo, y me darás algo,
algo que me alivie un poco más.

Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Y hablo de países y de esperanzas,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo de cambiar ésta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar, nomás.

¿Quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Artículo para la reflexión.


En el centenario del nacimiento de Miguel Hernández: 30 de octubre de 1910
Viento del pueblo
Por Mario Goloboff

En la poesía universal se han dado ejemplos de singular precocidad: el más conocido es el de Arthur Rimbaud, quien revolucionó la lírica moderna, si bien escribió solamente hasta los veintidós años y luego pasó a dedicarse con igual entusiasmo a la trata de esclavos en Africa, olvidando para siempre la literatura y el mundo. O más cercano todavía, el del peruano Javier Heraud, asesinado en el río Madre de Dios por sus actividades revolucionarias, con balas de las que se usan para matar fieras, cuando tenía alrededor de veinte. Poco se señala, en cambio, el caso de Miguel Hernández, aunque reviendo su itinerario vital y literario parece absolutamente increíble que haya muerto cuando sólo iba a tener 32 años.
Por los tiempos en que, saltando las altas barreras de la censura franquista, él llegó a nosotros, comenzaron mis felices contactos con la mejor poesía de la lengua, con mucho de lo mejor escrito en español. Fantástico tesoro que he transportado por décadas. Circulaba en la Argentina, casi como novedad editorial en el idioma (puesto que en España estaban absolutamente silenciados), lo que se fue plasmando como una tríada, una no pactada complicidad, un no pensado triángulo: don Antonio Machado, el sabio, el artesano, el orfebre, el purista, el trabajador, el perfecto, el tiernamente filosófico de “Meditaciones de un día” y de Juan de Mairena, ido a morir al exilio francés en Colliure, tras la derrota; Federico García Lorca, el grácil, el audaz, el algo loco, el genio, el musical y gitano, el desmedido, el muy surrealista y muy épico del “Llanto por Ignacio Sánchez Mejía”, brutalmente asesinado a poco del levantamiento franquista; y Miguel, el labriego, el pastor, el hombre de la tierra, el natural y el cósmico, el del fusil amado y armado, el amador, el combatiente, el de “Vientos del pueblo me llevan,/vientos del pueblo me arrastran,/me esparcen el corazón/y me aventan la garganta..”, muerto en las mazmorras del régimen el 28 de marzo de 1942.
Acaso por la política y por el amor (que en aquella época iban siempre juntos), llegamos a sus grandes sonetos: al erótico “Por tu pie, la blancura más bailable,/donde cesa en diez partes tu hermosura...”, al melancólico “Yo te agradezco la intención, hermana,/la buena voluntad con que me asiste/tu alegría ejemplar; pero, desiste/por Dios: hoy no me abras la ventana”, y también al provocativo “Te me mueres de casta y de sencilla”, y al insinuante “Me tiraste un limón, y tan amargo,..”, a su “Rosario, dinamitera”, y también al fraternal “Me llamo barro aunque Miguel me llame...”, y también, y también...
Leímos a los tres grandes poetas hasta construir pequeñas autobiografías machadianas, canciones lorquianas, sonetos hernandianos; hasta la admiración, la imitación, la adoración; nos los pasábamos entre algunos iniciados como consigna política, cultural, estética, y hasta de seducción ante beldades juveniles que no resistirían la potencia bélica, amorosa, y el encanto de esas voces inéditas.
...
Había nacido Miguel Hernández un 30 de octubre de 1910 en Orihuela, un pueblo de Alicante. Hijo de campesinos pobres, estudió escolarmente sólo dos años y luego fue para siempre autodidacta, porque desde muy niño se dedicó a apacentar el rebaño de cabras familiar. Se educó en y con la naturaleza, en el canto de las aves de su tierra, en el silencio de los soles y las lluvias finas, y en una religiosidad que marca sus primeros años y, también y especialmente, en la lectura precoz de Lope de Vega, Calderón, Góngora y Quevedo.
Empezó, pronto, a llamar la atención de sus vecinos, intelectuales y escritores de la región. Gracias a su amistad con Ramón Sijé, éste le publica poemas en su revista El gallo crisis y prologa su primer libro Perito en lunas. Pero enseguida lo deja solo por la muerte (tiene Sijé 22 años apenas) y da motivo a la famosa y cálida “Elegía” de Miguel: “En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería”. Se enamora, por entonces, de quien será la gran pasión de su vida: Josefina Manresa. Y escribe algunos de los más poderosos y bellos poemas de amor que se hayan escrito, en todos los tiempos, en la lengua española. Son los sonetos de El rayo que no cesa (1936) que iba a llamarse primero El silbo vulnerado.
Va por primera vez a Madrid; José Bergamín le publica en su revista Cruz y raya el auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve; aparecen entrevistas en otras publicaciones. Tienen lugar allí las reuniones de jóvenes escritores entusiasmados por el fervor revolucionario que recorre España. Así lo describe, por la época, otro enorme poeta español, Vicente Aleixandre (quien será, con toda justicia, Premio Nobel de Literatura en 1977): “Calzaba entonces alpargatas, no sólo por su limpia pobreza, sino porque era el calzado natural a que su pie se acostumbró de chiquillo y que él recuperaba en cuanto la estación madrileña se lo consentía. Llegaba en mangas de camisa, sin corbata ni cuello... Unos ojos azules, como dos piedras lindas, sobre las cuales el agua hubiese pasado durante años, brillaban en la faz térrea, arcilla pura, donde la dentadura blanca, blanquísima, contrastaba con violencia, como efectivamente una irrupción de espuma sobre una tierra ocre”.
Pero estalla la sublevación militar en julio de 1936 y toda esa intelectualidad se pone al servicio de la República. Miguel se alista en el Quinto Regimiento y va inmediatamente a parar el fuego en Guadalajara y en Extremadura. Y en 1937 sale su libro, editado por el Socorro Rojo Internacional, Viento del Pueblo.
Hacia abril de 1939, perdida ya la guerra y comenzada la dispersión española, busca refugio en Sevilla y luego en Huelva. De la prisión en la que caerá, entregado por el gobierno dictatorial de António de Oliveira Salazar cuando intentaba entrar en Portugal, lo sacarán poco después amigos solidarios que andan en esa hora por París, y la gestión de Pablo Neruda con el cardenal de la ciudad (a quien conmueve la lectura de aquel auto sacramental de Miguel y sus primeras piezas poéticas religiosas). Aunque otra vez en Orihuela, adonde vuelve desoyendo todo consejo, es definitivamente prendido y pasado de prisión en prisión (fichado como “escritor y poeta de la revolución”), hasta el agravamiento de su tuberculosis y la temprana muerte.
Dejó muchísimas piezas inéditas, algunas conocidas en la recopilación Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) (publicadas, si no me engaño, por primera vez en el idioma, aquí en Buenos Aires, por Editorial Lautaro, en 1958) y poemas que irán apareciendo póstumamente, como el magnífico “Hijo de la luz y de la sombra”. Unió a una vida harto difícil y combativa, a una lucha ejemplar, el trabajo de muchísimos poemas que cuentan entre los más bellos de la lengua, cuya lectura sigue aún estremeciendo a multitud de jóvenes y no tan jóvenes.

martes

Enlaces recomendados Octubre y Noviembre.


 
 
 
 
 
 

lunes

Verano 2010

El arte permite ampliar el mundo y entender la vida allí donde la ciencia no tiene respuestas. Nos permite dar un sentido profundo a la aventura de existir. (De Moffat)

Hola, un nuevo curso comienza y akántaros presenta nuevo blog
"Gotitas de Agua" dedicado exclusivamente a nuestra área de crianza y primera infancia.

Intentaremos ir compartiendo mes a mes un artículo que nos resulte interesante y nos haga re-pensar ciertas cuestiones, también informaremos sobre algunos eventos y libros que nos gustan mucho.

En este curso estaremos en movimiento con dos de nuestras obras-performances, Palabras cómplices y Para mirarte mejor.
Las otras se quedan reposando.

También queremos comentar nuestro acercamiento a un nuevo espacio de Madrid, el Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapiés, donde se realizan acciones de gran interés y que puedes seguir en el siguiente enlace.

Artículo para Reflexión: Grandes invenciones de la humanidad

Por Eduardo Galeano
La puerta giratoria
La puerta que gira fue inventada en Berlín, en 1881, para evitar el frío, el viento, la nieve, el polvo y el ruido.
Más de dos siglos después, sirve también para circular, gira que te gira, entre los negocios, la política y la guerra.
Algunos casos más o menos recientes, en los Estados Unidos:
Robert McNamara encabezó la empresa Ford, donde hizo lo que pudo contra la naturaleza y contra los peatones distraídos, hasta que un giro de puerta lo lanzó a dirigir la matanza de Vietnam, durante unos cuantos años, y culminó su carrera exterminando países desde el Banco Mundial;
Donald Rumsfeld fue jefe de gabinete del gobierno de los Estados Unidos, desde allí la puerta giratoria lo arrojó a una fábrica de Monsanto, la serial killer multinacional, donde legalizó venenos que habían sido prohibidos, hasta que la puerta giró nuevamente y apareció conduciendo la guerra de conquista del petróleo de Irak;
Dick Cheney encabezó el Pentágono en el gobierno de Bush Padre y regaló jugosos contratos militares a su empresa Halliburton, y de ahí pasó al gobierno de Bush Hijo, donde se ocupó de la demolición y la reconstrucción de Irak en beneficio de Halliburton, siempre en el centro de su generoso corazón.
Y el vaivén de la puerta no paró.
A mediados del año 2009, el presidente Obama colocó a Michael Taylor a la cabeza del organismo público que controla los alimentos y los medicamentos que se venden en el país. Taylor ya había trabajado allí. Había sido él quien dio el visto bueno a las hormonas transgénicas para vacas lecheras, que pueden producir cáncer, y había autorizado que esa leche se vendiera sin ninguna advertencia en el envase. Monsanto expresó su gratitud otorgando a Taylor el cargo de vicepresidente de la empresa.
El paraguas
Hace unos dos mil cuatrocientos años, los chinos usaban paraguas de varillas plegables.
El modelo no ha cambiado mucho, pero hay ciertos instrumentos, de uso más exclusivo, que se usan para atravesar las grandes tormentas históricas.
Esos paraguas extraordinarios salvaron a los altos ejecutivos que perdieron sus empleos, durante la crisis que está castigando al mundo.
En cifras redondas:
Robert Eaton, directivo de Chrysler, recibió un consuelo de ciento treinta millones de dólares;
Lee Raymond, de la petrolera Exxon, trescientos cincuenta millones de dólares;
Robert Nardelli, de la constructora Home Depot, doscientos diez millones;
Hank McKinnell, de la farmacéutica Pfizer, doscientos millones.
Lloyd Blankfein, de la financiera Goldman Sachs, no perdió su empleo, pero tuvo que reducir su salario anual, que era de unos cincuenta millones de dólares: lo que le quedó alcanzó para evitar que la crisis lo ahogara.
El semáforo
El primer semáforo funcionó, desde fines de 1868, frente al Parlamento británico.
En nuestro tiempo, otros semáforos, mucho más poderosos, dirigen el tráfico mundial.
En casi todos los países del norte, la luz roja impide la circulación de herbicidas, pesticidas y abonos químicos que contengan abamectina, acefato, carbofurano, cihexatina, endosulfato, forato, fosmet, lactofem, metamidofós, paraquate, parationa metílica, tiram y tricloform.
En casi todos los países del sur, la luz verde da la bienvenida a esos mismos agrotóxicos, venenosos para la salud humana, que los países del norte les venden.
¿Quién maneja los semáforos?
¿Quién gobierna a los gobiernos?
El ascensor
Según dicen, el primer ascensor fue un sillón con roldanas, que el gordísimo rey inglés Enrique VIII inventó, hace siglos, para evitar las escaleras del palacio.
Más modernos ascensores utilizó Silvio Berlusconi para subir hacia el poder absoluto en Italia.
En el año 1984, Bettino Craxi, socialista, presidente del Consejo de Ministros, firmó un decreto-ley que bendecía el monopolio de Berlusconi sobre la televisión privada.
Craxi lo había conocido en un crucero, donde Silvio animaba a los pasajeros con sus chistes y sus canciones. Atraído por su insuperable vulgaridad y su extraordinario mal gusto, Craxi le juró amistad eterna y eterna televisión.
La tele fue el principal ascensor de Berlusconi hacia el poder político. El fútbol también ayudó, desde que compró el club Milan y ganó varias torneos. Electo y reelecto varias veces por el voto popular, ejerció el gobierno de Italia y del Milan, se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo y en el campeón mundial de la impunidad, atravesó invicto una infinidad de procesos judiciales y no estuvo ni un solo día preso, mientras convertía sus vicios en admirables virtudes y sus estafas en hazañas dignas de aplauso.
El chivo expiatorio
Según antiguas tradiciones religiosas, un macho cabrío cargaba los pecados de todos y era castigado con la expulsión al desierto.
Esa invención ha servido y sigue sirviendo para descargar sobre espaldas ajenas la responsabilidad de nuestras desgracias y nuestras culpas.
Algunos pueblos, como por ejemplo los judíos y los gitanos, vienen trabajando de chivos expiatorios desde hace mucho tiempo.
A mediados del año 2008, la revista italiana Panorama, que pertenece a Berlusconi, tituló, en portada: Nacidos para robar.
Se refería a los gitanos; y según las encuestas, la opinión pública coincidía con este veredicto genético.
Poco antes, Alfredo Mantovano, viceministro del gobierno de Berlusconi, había desarrollado la idea, en la televisión de Berlusconi:
–Los gitanos son una etnia inclinada al robo y al secuestro de niños.
O sea: ladrones y, para peor, ladrones de niños.
La Justicia italiana no había comprobado la veracidad de ninguna denuncia de secuestro de niños por gitanos; pero ese detalle carecía de importancia.

Enlaces recomendados del mes: Septiembre






 

martes

Primavera 2010


Aquí otra primavera, siempre distinta

Las sensaciones del tiempo siguen como equipo causando sorpresa, a cántaros pasó el tiempo,

a cántaros ya es primavera,

a cántaros de noticias y novedades.

¡¡¡¡Akántaros ¡!!!

Damos la bienvenida al nuevo libro de Susana Szwarc “Tres gatos locos” con ilustraciones de Eugenio Led, editado por Dirección Letras, Instituto de Cultura de la Pcia. del Chaco (Argentina)

Y también queremos compartir el Cartel y mensaje del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2010

Desde 1967, el 2 de abril —aniversario del nacimiento del escritor Hans Christian Andersen—, las Secciones Nacionales de IBBY organizan la celebración del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil para estimular el amor por la lectura y para promover el interés por los libros para niños.

Cada año, un país miembro de dicha organización actúa como sponsor internacional de esta celebración. Su tarea consiste en convocar a un escritor destacado para redactar el mensaje a los niños del mundo y a un ilustrador famoso para diseñar un poster. Estos materiales se utilizan de diferentes maneras para promover el libro y la lectura: a través de los medios de comunicación, de actividades en escuelas y bibliotecas públicas, de encuentros con autores e ilustradores, de concursos literarios o de presentaciones de libros o premios.

En 2010, la Organización Española Para el Libro Infantil y Juvenil (OEPLI) fue designada por el IBBY como sponsor internacional para esta celebración. La OEPLI organizó un concurso, bajo el lema “Un libro te espera, ¡búscalo!”, para la realización del mensaje y el cartel alusivos. Y los ganadores fueron el escritor Eliacer Cansino y la ilustradora Noemí Villamuza.

Reproducimos el poster realizado por Noemí Villamuza y, más abajo, el texto del mensaje preparado por Eliacer Cansino.


Un libro te espera, ¡búscalo!

por Eliacer Cansino


Había una vez
un barquito chiquitito,
que no sabía,
que no podía
navegar.

Pasaron un, dos, tres,
cuatro, cinco, seis semanas,
y aquel barquito,
y aquel barquito
navegó.

Se aprende a jugar antes que a leer. Y a cantar. Los niños de mi tierra entonábamos esta canción cuando aún ninguno sabíamos leer. Nos juntábamos en corro en la calle y, disputándonos las voces con los grillos del verano, cantábamos una y otra vez la impotencia del barquito que no sabía navegar.

A veces fabricábamos barquitos de papel y los poníamos en los charcos y los barquitos se hundían sin conseguir alcanzar ninguna costa.

Yo también era un barco pequeño fondeado en las calles de mi barrio. Pasaba las tardes en una azotea mirando ocultarse el sol por el poniente, y barruntaba a lo lejos —no sabía aún si a lo lejos del espacio o a lo lejos del corazón— un mundo maravilloso que se extendía más allá de donde alcanzaba mi vista.

Detrás de unas cajas, en un armario de mi casa, también había un libro chiquito que no podía navegar porque nadie lo leía. Cuántas veces pasé por su vera sin darme cuenta de su existencia. El barco de papel, atascado en el barro; el libro solitario, oculto en el estante tras las cajas de cartón.

Un día, mi mano, buscando algo, tocó el lomo del libro. Si yo fuese libro lo contaría así: “un día la mano de un niño rozó mi cubierta y yo sentí que desplegaba mis velas y comenzaba a navegar”.

¡Qué sorpresa cuando por fin mis ojos tuvieron enfrente aquel objeto! Era un pequeño libro de pastas rojas y filigranas doradas. Lo abrí expectante como quien encuentra un cofre y ansía saber su contenido. Y no fue para menos. Nada más empezar a leer comprendí que la aventura estaba servida: la valentía del protagonista, los personajes bondadosos, los malvados, las ilustraciones con frases a pie de página que miraba una y otra vez, el peligro, las sorpresas…, todo, me transportó a un mundo apasionante y desconocido.

De esa manera descubrí que más allá de mi casa había un río, y que tras el río había un mar y que en el mar, esperando zarpar, un barco. El primero al que subí se llamaba La Hispaniola, pero lo mismo hubiese dado que se llamase Nautilus, Rocinante, la nave de Simbad, la barcaza de Huckleberry, ….todos ellos, por más que pase el tiempo, estarán siempre a la espera de que los ojos de un niño desplieguen sus velas y lo hagan zarpar.

Así que…no esperes más, alarga tu mano, toma un libro, ábrelo, lee: descubrirás, igual que en la canción de mi infancia, que no hay barco, por pequeño que sea, que en poco tiempo no aprenda a navegar.